Hoy me acosté con tu sombra.
Las olas y la brisa me envidiaron.
Sus brazos me sostuvieron
con tal ternura
que mis latidos cesaron.
Su cuerpo me dio alas,
volé tan alto
que mi corazón llegó al cielo.
Bebí su aliento
y en el me quedé sin respiro,
ahora no pretendo nunca más volver.
Suyai Chile 2012
copyright
"...y en el me quedé sin respiro,
ResponderEliminarahora no pretendo nunca más volver."
¡Qué hermosa elevación... también de tu poema!
Beso.
Juan.
gRACIAS Juan Carlos Luis, es un agrado saber que has venido a leerme.
ResponderEliminarEspero volver a ver tu comentario por acá.
Edith Suyai