Bruma de quejidos y pasión desbordada
me han quitado de un zarpazo
con sutil y clara violencia
todo atino de decencia y pudor
que en mí se habían fraguado.
Aquello vedado, se esfumó sin temor
no hubo atisbo de prudencia,
sometida a la dulce embriaguez que me envolvió.
Me brindé sin decencia, sin un ruego de perdón.
Me vertí llena de luz y de fulgor
a esos brazos que me enlazaron
con esa pasión loca que mi alma
y mi cuerpo recibió con los labios abiertos
y el alma desnuda ante la llama ardiente
de su lengua quemante
que mi cuerpo entero conjugó.
En esa música celestial de gemidos y susurros
dancé al vaivén de los latidos del corazón y
sumergida en tal bravura
mi pecho alocado su nombre gritó,
esa tarde por vez primera conocí el amor.
Suyai Edith
copyright Chile
SIENDO EL AMOR VERDADERO LA PASION IMPERA ES REINA, NO HAY CABIDA PARA LA SENSATEZ NI LA PRUDENCIA.
ResponderEliminarBELLEZA Y SENSUALIDAD PARA UN BELLO POEMA.